Arribamos al anteúltimo mes de este año. ¿Pasó rápido, no? Hemos sido una campana que resuena con el acontecer ciudadano y del mundo en general.
Estamos transitando los tramos finales del año que llegó con sorpresas y aprendizajes que nos demuestran a diario que la pandemia nos hace cada vez más frágiles, curiosos, conscientes y partícipes de un acontecer inédito, inesperado, ambiguo e incierto y que nos demuestra que ya nada es como antes.
Los cambios que experimentamos a diario, nos ubican frente a un escenario desafiante en todos los ámbitos. Desde lo político hasta lo económico, donde la participación ciudadana se ha hecho más activa y movilizada, conecta sus opiniones a los medios y redes para reclamar o buscar soluciones. Mucha participación del ciudadano de a pie, como se lo llamaba antes, que no estaba presente.
Una incipiente demanda atravesada por el descreimiento y la necesidad de tener al alcance soluciones concretas, la economía más real y tangible despojada de promesas incumplidas se presenta a diario con una sororidad diferente. Tantos años de oídos sordos, miradas esquivas, desidia u omisión, parecen estar llegando a su fin.
Hoy el ciudadano común y la presencia de outsiders, se están acercando a las puertas de algunos Estados, repitiendo la misma demanda que inquieta a los desprevenidos actores quienes comienzan a ver las secuelas de la impiadosa pandemia atravesada por la realidad.
La rebelión de los mansos y la activación de las redes tecnológicas en todos sus sentidos, está despertando a los pueblos del mundo, adormecidos durante mucho tiempo. Junto a un letargo agobiante, un abandónico azar de inoperancias, militancias caducadas o desidia que en muchos casos nos han dejado a la vera del camino con toneladas de promesas incumplidas y plateas para tertulias inconexas con la realidad que nos atraviesa.
Estamos asistiendo a la antesala de algo sin retorno que implica una amplia participación y aporte de todos. Por suerte soplan aires de cambio, será posible esta vez?
Bienvenido noviembre2021, primavera única e irrepetible en la antesala de otro nacimiento de esperanzas renovadas.
La Dirección.
