Unas 5.000 personas quedarán sin trabajo en un país que ya tiene niveles récord de desempleo. La empresa Ford operaba desde hacía un siglo, y esta decisión se da en el marco de la reestructuración del grupo de Detroit (Estados Unidos) en Sudamérica. Registra en la región déficits desde hace varios años, agravados por el derrumbe del sector en Brasil en 2020 debido a la pandemia de coronavirus, que ya dejó más de 203.000 muertos en el país. La noticia multiplicó las críticas contra el gobierno de Jair Bolsonaro por sus dificultades para crear un ambiente de negocios favorable.
Ford abastecerá en adelante el mercado regional a partir de su producción en Uruguay, Argentina. Los costos de la operación tendrán un impacto de 4.100 millones de dólares, precisó la compañía en un comunicado.
Las operaciones cesarán de forma inmediata en la fábrica de Camaçari y de Taubaté. La tercera fábrica en Ceará continuará funcionando hasta el último trimestre.
Ford mantendrá un centro de pruebas en Tatuí (interior de Sao Paulo), así como su sede regional en la capital económica de América Latina. Los sindicatos de Camaçari y Taubaté convocaron a protestas.
