Editorial

Marzo: comienzan las clases

Se acaba de cumplir el primer año de la invasión rusa a Ucrania, y mientras el mundo sigue andado a pesar de todo el horror que eso implica, muchos países utilizan la metáfora demagógica del infortunio ucraniano, para comparar sus desatinos domésticos y justificar los desaciertos en sus horrendas economías y despilfarros crecientes.

Uruguay también está en este planeta y a pesar de la pandemia que aún sigue dando sus coletazos y los avatares de la guerra antes mencionada, nunca dejó de crecer y posicionarse, sin victimizarse, como uno de los países más asequibles y fraternos para salir adelante.

Sin dudas que esto no es magia, sino se trata de coraje, organización y liderazgo para enfrentar crisis y aún con viento en contra, hoy los ojos de gran parte del mundo, miran a este pedazo de suelo celeste y blanco, como un posible destino para desarrollar sus proyectos a futuro, en salvaguarda de las amenazas “populistas” más diversas que acechan en la región.

No es magia, tal vez sea la palabra clave para mostrar que esta realidad que nos toca vivir está atravesada literalmente por el esfuerzo de todo un pueblo que lucha, trabaja, estudia y se pone de pie a diario para enfrentarse a los desafíos que nos alcanza como destino y nación.

Actualmente una coalición decidida a llevar adelante una política de estado difícil, pero bastante satisfactoria, le permite al país y a cada ciudadano mantener la esperanza creciente para arremeter en esta post pandemia y sacar adelante el sueño de miles de compatriotas y “recién llegados” a esta pequeña gran nación.

Marzo es el mes las señales más potentes que demarcan el camino a seguir, ya que comienzan las clases miles de estudiantes y docentes que regresan a las aulas. Comenzar el año con escuelas y universidades abiertas, contagian de alegría y esperanza a todos aquellos que recién dan sus primeros pasos en el ciclo de la educación Vareliana que imitando a la bandera se van a la escuela de blanco y azul.

¡Bienvenido marzo! con aulas y galerías bulliciosas y la esperanza intacta por un mañana mejor…

La dirección.

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