Se trata de Eduardo Preve quien se amparó en el derecho y no reveló sus fuentes. Declaró ante Fiscalía, en calidad de testigo, por la filtración del Plan de Inteligencia Estratégica del Estado.
Su abogado, el ex fiscal de Corte Jorge Díaz, afirmó que su conducta no fue delictiva y que la calidad de testigo no cambiará, porque “no se puede mutar la calidad de testigo a la calidad de indagado si los hechos se conocían desde el primer momento, como es este el caso”.
“Como testigo Preve, fue interrogado respecto del origen del documento, se amparó en la reserva y el secreto de sus fuentes, y no dio información que permita identificar el origen de la misma, salvo algunas cuestiones genéricas respecto de algunas publicaciones en Twitter. En definitiva, no permiten identificar de ninguna manera cuál es su fuente”, indicó el defensor.
Díaz sostuvo que a su cliente no se le pidió que entregara su teléfono o el documento original. “Fue un interrogatorio específico sobre ese punto, pero todas las respuestas fueron obviamente amparando y preservando la fuente como corresponde”, puntualizó.
El documento que se termina publicando no revela ningún secreto de estado ni significa un riesgo real o inminente como exige la Comisión Interamericana de Derechos Humanos para la seguridad nacional”, dijo finalmente.
